Corría el año 1990 y se celebraba las Bodas de Plata del Festival de Jesús María, en una de esas maravillosas noches de color y coraje.

En una mesa, reunidos Arnaldo Salto, Aldo Giménez,  Walter Eugenio Chamorro y el jinete que representaba a la Provincia Jujuy de apellido Quipildor. Surgió entonces  la pregunta y ¿por qué no en Castelli? Empezando bien de abajo e invitando a cooperadoras escolares podemos arrancar con un festival de similares características... y allí comenzó todo... esta hermosa aventura de cimentar al festival de mayor prestigio en toda la región.-
La primer edición se hizo a contra reloj y participaron junto a la comisión de la Juana Azurduy las cooperadoras de las escuelas de Zaparinqui, 255 y el colegio San José. Fue un éxito rotundo,  con la presencia de más de 12 delegaciones que llegaron de distintos puntos del país. La anécdota es que no se llegó con la escalera para subir al escenario y se puso un acoplado y unos tachos para poder acceder al mismo. Era tan reciente la construcción del escenario que cuando actuó la delegación de la Provincia de Corrientes con casi treinta parejas bailando chamamé se empezó a mover todo.

Así fueron pasando los años,  teniéndolo a Arnaldo Salto como presidente con una gran comisión que año tras año fueron acrecentando la popularidad del mismo hasta llegar a convertirse en el cuarto festival más importante de este género.
Recuerdos como el de hijo Recoski,  jinete que nos representó dignamente en todo el país y su pronta desaparición en Jujuy enluto al predio; otros que ya no están Rulo Serrano, ex intendente que cedió el terreno para la construcción del predio Cruz y Fierro y Arnaldo Salto, ideólogo y ejemplo a seguir,  ya que sin su esfuerzo y constancia no se hubiese llegado a poner en la vidriera cultural del país a Juan José Castelli a través del Festival Internacional de Jineteada y Canto del Impenetrable.